¿Cuales son los factores que han intervenido para que la obesidad sea considerada un problema de salud en nuestro país?
Estos son los 3 factores que provocan la obesidad
Cuando hablamos de obesidad solemos pensar que las personas padecen esta enfermedad porque comen en exceso,
y aunque parte de esto es cierto, existen otros factores que
contribuyen a su desarrollo y al de otras enfermedades
crónico-degenerativas como la diabetes o los problemas cardiovasculares. Según la Encuesta Nacional de Salud 2016,
la obesidad y el sobrepeso siguen en aumento, y en los últimos años,
han afectado principalmente a las mujeres. Estas cifras anteriormente se
veían reflejadas sólo en zonas urbanas, pero en la actualidad hay una
similitud en las localidades rurales, que se caracterizaban por
problemas de desnutrición. Pero existen 3 factores escenciales que contribuyen a padecer obesidad:
1. Biológicos
Foto: Pixabay
Existe información en nuestro ADN que a lo largo de
los años, y de la evolución del hombre, ha hecho que generemos ciertos
mecanismos de acumulación de grasa. Uno de ellos es el llamado genotipo
ahorrador, una alteración en el ADN que se presentó cuando el hombre
estuvo expuesto a periodos prolongados de hambre. Esto ocasionó que el
cuerpo desarrollara un sistema de “ahorrar en lugar de gastar”, es
decir, cuando nuestro cuerpo está en ayuno, en lugar de tomar grasa para tener energía, la guarda como reserva.
Por ello es importante tener una buena alimentación desde el embarazo
para evitar la exposición a los cambios en el ADN y contribuir a estos
mecanismos. Otro factor biológico es la herencia, ya que si ambos padres padecen obesidad hay cierta probabilidad de heredar elementos que induzcan a la acumulación de grasa y al incremento de peso. Este factor sólo afecta al individuo entre un 30 y 40 por ciento, así que el porcentaje restante corresponde a otras razones. El último factor biológico es la presencia de algunas enfermedades
como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el hipertiroidismo, el
hipercortisolismo, las alteraciones en el hipotálamo y la resistencia a
la insulina y a la función de ciertas hormonas, pues fomentan que el
metabolismo no funcione como debería. Por ello es importante checarte
frecuentemente con tu médico familiar.
2. Psicológicos
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Los trastornos en el estado de ánimo, en la conducta alimentaria o alguna enfermedad mental son
otros de los aspectos a considerar. Por ejemplo, se ha encontrado que
el 55 por ciento de las personas que padecen depresión tienden a subir
de peso, mientras que aquellas que padecen obesidad tiene un 55 por
ciento de probabilidad de presentar depresión. Mantener un equilibrio
entre mente y cuerpo es importante para tu salud. 3. Ambientales
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Este es el factor más importante, ya que depende completamente de nuestros hábitos y puede ser modificado en el momento que lo consideremos. Aquí se relaciona el trabajo que tiene la persona, transporte que utiliza, tiempo recreativo, accesibilidad al consumo de alimentos “chatarra”
y saludables, y la actividad física que mantiene en su día a día. La
probabilidad de no padecer obesidad bajo este esquema es de un 60 a 70
por ciento, es decir, está en nuestra manos evitar la obesidad.
La voluntad de las personas y la creación de entornos en donde las
opciones de alimentación y deporte se convierten en lo más accesible y
fácil de elegir son las bases para culminar con esta enfermedad. No
existen dietas generales, ni cifras establecidas para todos, cada persona requiere de conocer su cuerpo y mente, y hacer todo lo posible para mantenerse saludablemente.
¿Como afecta a la salud el consumo de bebidas azucaradas?
Consumir bebidas azucaradas puede provocar estos daños en tu salud
El azúcar puede ser dulce, pero si se consume en cantidades excesivas resulta nociva, coinciden los expertos
Bebidas azucaradas.
Las bebidas azucaradas son todas aquellas que contienen edulcorantes o endulzantes calóricos como el azúcar
o el cada vez más utilizado jarabe de maíz. También se incluyen
aquellas preparadas con polvos o jarabes que contienen azúcar. Por
ejemplo, gaseosas, refrescos, jugos, néctares y tés embotellados, así
como bebidas deportivas y energéticas.
De acuerdo al Boston Public Health Commission, estas bebidas pueden ocasionarte serios problemas de salud. Esta institución lo resume de la siguiente manera:
Beber grandes cantidades de bebidas azucaradas puede aumentar el
riesgo de aumentar peso y desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades
cardíacas y gota.
La ingesta de bebidas azucaradas está significativamente asociada con el aumento de peso y la obesidad.
Las mujeres que beben una o más bebidas azucaradas todos los días
casi duplican el riesgo de desarrollar diabetes como aquellas que beben
menos de una bebida azucarada al día.
El riesgo de que un niño sea obeso aumenta en 60% con cada bebida azucarada adicional consumida diariamente.
Los niños que toman bebidas azucaradas gaseosas casi duplican el riesgo de sufrir caries dentales.
Beber solo una botella de 20 onzas de bebida azucarada al día puede ocasionar un aumento de 11 kilos adicionales de peso al año.
Los costos de salud por obesidad en los Estados Unidos se acercan a
los $147 mil millones al año. Con ese dinero, podríamos comprar a cada
ciudadano estadounidense un iPad.
Además, el
consumo habitual de estas bebidas por parte de niños, adolescentes y
adultos se asocia con las siguientes enfermedades:
Daños de las bebidas azucaradas en tu salud. (Gráfico: AlianzaSalud.org.mx)
La mayoría de
los estudios muestran que tanto en niños como adultos, el consumo de 355
ml (una lata) al día es suficiente para generar estos daños.
Aún
si no padecen obesidad tus hijos y tú, pero consumen habitualmente
bebidas azucaradas pueden desarrollar alguna de estas enfermedades.
La evidencia muestra que una persona con peso normal que consume regularmente bebidas azucaradas
tiene un riesgo similar de tener una enfermedad cardiovascular que una
persona con sobrepeso u obesidad y el efecto es el mismo en los niños.
Antes
de elegir una bebida, el Boston Public Health Commission recomienda
leer la lista de ingredientes en la etiqueta de datos nutricionales. "Si
uno de los tres primeros ingredientes es el azúcar, o si contiene más
de 12 gramos de azúcar por cada ración de 12 oz., reevalúa tu bebida y
elige una opción más saludable", afirma.
DATO
El
Gobierno peruano anunció el 9 de mayo que seguirá adelante con su plan
de elevar los impuestos a los productos que afectan la salud y el
ambiente como bebidas azucaradas, cigarrillos y combustibles
contaminantes, pese a la oposición de la industria local. ¿Que métodos o técnicas de conservación de alimentos son inocuos para la salud?
Técnicas de conservación de los alimentos Inicio > Padres >
Todos
los alimentos son susceptibles a ser alterados en mayor o menor espacio
de tiempo, debido a la acción de microorganismos que los contaminan o a
reacciones enzimáticas del propio alimento.
La alteración y el
deterioro de los alimentos han sido una constante preocupación y motivo
de investigación para el ser humano con el objetivo de conservarlos el
mayor tiempo posible y asegurar una disponibilidad de los mismos. Asi
técnicas de conservación como salazones, encurtidos o secados fueron
practicadas por el hombre desde tiempos muy remotos, dando paso a otros
sistemas cada vez más sofisticados como son las conservas, congelados,
alimentos al vacio, esterilizados, etc.
El Instituto Nacional de
Nutrición (INN) recomienda aprender a conservar los alimentos para
economizar a la hora de hacer las compras, para variar los menús en la
mesa familiar o bien sea para garantizar una buena salud mediante la
correcta selección, compra y manipulación higiénica de los alimentos,
pasos anteriores a la preservación de lo que comemos.
Refrigeración y congelación
El
frío hace que las bacterias y hongos crezcan más despacio o, si es muy
intenso, que detengan su actividad casi por completo. De ahí que
utilicemos la refrigeración y la congelación como técnicas de
conservación de alimentos.
La refrigeración (en neveras) permite conservar los alimentos unos días.
La congelación,
por debajo de -10 °C en los congeladores domésticos, nos permite
conservar los alimentos mucho más tiempo (nunca indefinidamente),
siempre que no se rompa la cadena del frío.
Los aditivos alimentarios
Los
aditivos son sustancias que se añaden a los alimentos para que estos
mantengan sus cualidades, o para potenciar o recuperar algunas que se
han perdido durante el proceso de elaboración. Los aditivos que nos
interesan, en el contexto de la seguridad alimentaria, son los
conservantes. Se trata de sustancias que dificultan o impiden el
desarrollo de los microorganismos.
Además pueden servir para dar color, sabor, textura, volumen y evitar que se oxiden los alimentos.
La esterilización
La
esterilización es un tratamiento al que se somete un alimento (o
cualquier objeto) y que tiene como resultado la eliminación de todos los
gérmenes. Se trata de una técnica muy utilizada en la industria láctea.
Uno de los procesos de esterilización de la leche más empleados es la pasteurización,
que consiste en calentarla a unos 80 °C durante 30 segundos. Este
calentamiento súbito consigue producir la muerte del 99,5% de los
gérmenes contenidos en la leche.
Pasteurización:
La
pasteurización tiene por objeto destruir los agentes patógenos y evitar
por tanto el deterioro del alimento. Este tratamiento térmico debe ser
seguido por un repentino enfriamiento, ya que de este modo todos los
microorganismos son eliminados y no es necesario para frenar el
desarrollo de los gérmenes que siguen presentes. Una vez pasteurizados
los alimentos, son generalmente mantenidos en frío (4 ° C).
También,
otros conservantes pueden ser utilizados para contrarrestar el
desarrollo de los microorganismos supervivientes añadiendo químicos, o
envasando al vacío.
Esta técnica, por ejemplo, es muy utilizada en la leche, en los productos lácteos, en jugos de frutas, cerveza, vinagre, miel.
La deshidratación.
Es uno de los métodos más usados por el hombre, ya que consiste en el
secado de algunos productos como granos, cereales, frutas y vegetales,
exponiéndolos al calor extremo, con la finalidad de eliminar una gran
cantidad de agua en ellos, evitando el desarrollo de bacterias y
procurando la conservación de las vitaminas en los productos
deshidratados. Es importante saber que el secado de los alimentos, puede
ser a través de un horno deshidratador o se pueden secar exponiendo el
alimento directamente al sol.
Envasado al Vacío
El vacío es un sistema que permite conservar los alimentos que hayan sido cocinados o que se encuentren en su estado natural.
El sistema de envasado al vacío consiste en extraer el oxígeno del recipiente que contiene al producto, de esta manera se evita la oxidación y putrefacción del alimento a conservar, prolongando su fecha de caducidad en más de 30 días y hasta 1 año.
Higiene y calidad, son los dos atributos principales de utilizar este sistema.
Pero además como ventajas específicas podemos destacar:
Evita la oxidación provocada por el oxígeno, y por tanto la putrefacción de los alimentos es nula.
Incrementa los tiempos de conservación de los alimentos.
Anula el desarrollo de los microorganismos ante la ausencia de oxigeno.
Permite que los alimentos conserven su dureza y textura.
Evita la quemadura del hielo, ya que no hay contacto directo del frío con el producto.
Mantiene el sabor y frescura de los alimentos, ya que no hay cambios por pérdidas de líquidos o grasas.
Permite
que se compre una mayor cantidad de algún alimento, para luego ir
consumiendo poco a poco las cantidades que se vayan necesitando.
Otras
formas de frenar o bloquear el crecimiento microbiano mediante la
reducción del agua, a la vez que proporcionan sabor a los alimentos,
son: Ahumar, añadir sal o azúcar.
Ahumado: El
método de ahumar se basa en la combustión de plantas de modo que el
humo incida sobre el alimento. El ahumado desempeña varias funciones:
colorido, sabor, conservación y eliminación de microbios. Se aplica
principalmente a los productos como la carne y el pescado gracias a los
efectos combinados de la deshidratación y el efecto antiséptico del
ahumado.
Salar los alimentos: Este método o técnica de
conservación se basa en presentar un producto alimenticio a la acción
de la sal o por difusión directamente en la superficie del alimento
(seco) o mediante la inmersión del producto en una solución salina.
Este proceso puede bloquear el crecimiento microbiano. Esta técnica se
utiliza principalmente en el queso, la carne y la conservación de
determinadas especies de pescado (arenque, salmón...). A veces es
asociado con la técnica del ahumado.
Recomendaciones
Es
importante saber que una dieta que contenga alimentos procesados,
ahumados, muy salados o con un alto contenido de grasa, no es
recomendada. Como ya hemos hablado en temas anteriores, la dieta de los
niños debe ser variada y acorde en cantidades, donde deben estar
presentes las proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas y minerales de
manera balanceada. Por ello todo alimento que este muy procesado le van
a hacer falta una cantidad de nutrientes necesarios para su crecimiento
y desarrollo. Además los alimentos muy salados, muy dulces o con un
alto contenido de grasa, provocan enfermedades cardiovasculares y
crónicas degenerativas como son la diabetes, dislipidemias, síndrome
metabólico, obesidad, infartos, trombosis, entre otras. Un exceso de
sodio en las células las debilita y sobrecarga además de dificultar la
absorción del calcio y el magnesio. El exceso de sodio en la célula
produce ansiedad por alimentos salados ya que cuanto más sodio tenemos
en el organismo más necesitamos para mantener el equilibrio homeostático
celular.
Por ello la gran importancia de enseñar desde temprana
edad unos buenos y adecuados hábitos alimentarios, que evitaran que
nuestros niños padezcan de ninguna enfermedad a lo largo de su vida.
Fermentación: Este
proceso se aprovecha de los propios microorganismos presentes en la
materia prima, es decir la leche para permitir la conservación de
alimentos, mejorando la calidad nutricional y aumentando las cualidades
organolépticas de los alimentos. Se aplica en los productos lácteos como el yogurt y el queso.
Aquí te digo como preparar un rico yogurt casero, el cual puedes incluir en la lonchera de tu hijo.
Ingredientes
1 litro de leche entera
1 unidad de yogurt comercial 180g
Preparación En
una olla, coloca la leche y calienta hasta lograr los 80-90 grados
centigrados (evita que llegue a hervir). Deja enfriar hasta que alcance
los 40 grados. Con este proceso se garantiza que no quedarán bacterias
vivas que puedan dañar el yogur.
Espera a que la leche este tibia
y cuando esto suceda, ponla en un frasco de vidrio o barro, es
importante que no sea metálico. Agrégale dos grandes cucharadas de yogur
natural y bate bien hasta que se disuelva.
Tapa el recipiente y
déjalo reposar durante 6 a 7 horas, a temperatura ambiente o
ligeramente tibia. Mucha gente lo coloca dentro del horno apagado, pero
cualquier lugar tranquilo y protegido servirá.
Luego la leche se
coagula de manera homogénea. Para reconocer que el yogur está listo,
percibe su aroma (desprenderá un suave aroma láctico) típico del yogurt.
Entonces introdúcelo a la nevera.
Una vez en la nevera su tiempo de vida útil es de aproximadamente una semana.
Le puedes agregar frutas, cereales, o frutos secos como nueces o avellanas.
CONCLUSION
La
conservación de alimentos corresponde a un conjunto de técnicas
encargadas de aumentar la vida y disponibilidad para el consumo humano.
Por ejemplo, carnes, pescados y pollo tienden a descomponerse en menor
tiempo, debido a la oxidación y la pérdida de micronutrientes.
Los
alimentos son perecederos por lo que necesitan condiciones de
tratamiento, conservación y manipulación. Estas técnicas han permitido
que alimentos estacionales sean de consumos permanentes y aprovechados
al máximo.
¿Porque algunas sustancias son corrosivas?
Sustancias corrosivas
Publicado por Ángeles Méndez
Cuando hablamos de sustancias corrosivas,
nos estamos refiriendo a sustancias que pueden provocar la destrucción
de una superficie o cualquier otra cosa que entre en contacto con ella,
así como crear un daño de tipo irreversible. Por supuesto, para las
personas, este tipo de sustancias también son peligrosas, pues pueden
dañar seriamente la piel, mucosas, ojos, o tejidos de manera más
profunda, dependiendo de si la sustancia en cuestión ha sido ingerida,
inhalada o simplemente ha entrado en contacto directo. Cuando nos
exponemos y dañamos con este tipo de sustancias, se suele decir que
hemos sufrido una quemadura química.
El termino corrosión, procede del latín, donde significa “ roer”,
pues este tipo de sustancias parecen hacer eso, roer todo a su paso. A
menudo se utiliza la palabra cáustica como sinónimo para citar a las
sustancias corrosivas, aunque por lo general hace referencia más directa
a las bases de tipo fuerte, sobretodo las tienen propiedades alcalinas,
y no se utiliza para denominar a otro tipo de compuestos o sustancias
como pueden ser los óxidos, ácidos o sustancias normalmente no
alcalinas. Cuando se habla de “ácidos”, a menudo se piensa en sustancias
corrosivas, por lo que, de manera errónea a estas sustancias se las
suele conocer como agentes corrosivos.
Las sustancias corrosivas, en muy bajas concentraciones, suelen ser
tan solo irritantes. La corrosión, independientemente de la superficie
de la cual se trate, es un procedimiento diferente. No tenemos que
confundir las sustancias corrosivas con las sustancias venenosas, pues
las sustancias corrosivas suponen, de manera inmediata, un peligro para
todo aquello que entre en contacto directo, sea de la forma que sea, en
cambio, los venenos pueden actuar de forma mucho más lenta en el tiempo.
De manera coloquial, los corrosivos se pueden denominar venenos,
pero como ya sabemos, son conceptos totalmente diversos. Pero, sin
embargo, no hay nada que impida que una sustancia corrosiva termine
siendo un veneno, pues incluso hay sustancias que son corrosivas y a la
vez venenosas, por sus efectos tóxicos además de corrosivos.
Los corrosivos más conocidos y comunes suelen ser ácidos o bases de
tipo fuerte, o disoluciones que se encuentran en concentraciones altas
de diferentes ácidos o bases débiles. Cuando estas sustancias actúan en
tejidos vivos, lo hacen a través de los procesos de catálisis ácido-básica,
de ésteres o por hidrólisis de compuestos de amida. Ya sean los ácidos o
las bases corrosivas, estas tienen la capacidad de acabar con la piel,
debido a que catalizan la hidrólisis
de las grasas presentes en ella, las cuales a nivel químicos son
ésteres. Las proteínas por otro lado, son amidas, las cuales también
pueden sufrir procesos de hidrolización por la catálisis. Los ácidos y
bases fuertes pueden conseguir la desnaturalización de las proteínas, a
parte de poder perder hidratación de manera fácil, la eliminación de
agua en el tejido puede ser de tipo exotérmica, así por ejemplo, el
H2SO4 de tipo concentrado, puede crear quemaduras térmicas en diferentes
tejidos, a parte de las quemaduras de tipo químicas que se producirán
debido al calor que se genera debido a la reacción de perdida de
hidratación que tiene lugar. Las sustancias oxidantes fuertes, como
puede ser por ejemplo, H2O2 ( peróxido de hidrógeno) a modo concentrado,
pueden también tener efectos corrosivos para los tejidos u otras
sustancias, incluso encontrándose en zonas de pH neutro. Otros
compuestos, como es el caso del HNO3, es un ejemplo claro de ácido de
tipo fuerte, que además es un oxidante fuerte, por lo que cabe esperar
debido al valor de su pKa, que sea un potente corrosivo.
Existen sustancias corrosivas específicas, como puede ser el caso del
ácido fluorhídrico, el cual, en concentraciones pequeñas no posee olor,
siendo un ácido de tipo débil, pero produce de iones fluoruro
(corrosivo), después de haberse absorbido sin molestias dolorosas ni
olor.
Existen diferentes clases de corrosivos, clasificados según el tiempo
que tardan en provocar el daño, así por ejemplo, los corrosivos de
clase “a”, son sustancias con alto poder corrosivo. En este grupo
podemos encontrar a compuestos o sustancias que consiguen provocar
necrosis en los tejidos de la piel en el punto donde se mantiene un
contacto por un periodo relativamente corto de tiempo (menos de 3
minutos). Los corrosivos tipo “b”, son sustancias que actúan en el foco
de la aplicación, en periodos de entre 3 y 60 minutos. Por último, las
sustancias corrosivas tipo “c”, son aquellas que cuentan con un menos
efecto corrosivo, pues pueden llegar a actuar hasta 4 horas, por lo que
un contacto rápido no provocaría un daño significativo. En este grupo
también se encuentran sustancias que aunque no son muy peligrosas para
los serenes vivos, si lo son para superficies metálicas, acero, etc.
¿El valor de ph de los alimentos y su impacto en la salud, la importancia del valor de pH en la asimilación , especialmente en su región de medicamentos y nutrientes en el organismo y el efecto del valor de pH en los suelos agrícolas?
Los principales factores que afectan al crecimiento bacteriano
son el tiempo, la temperatura, los nutrientes, el agua y el pH. Este
último es la medida de acidez o alcalinidad de un alimento, un factor
determinante para controlar el crecimiento bacteriano. Con un pH bajo
(condiciones ácidas) se detiene el desarrollo de bacterias. En ocasiones
se añade ácido láctico a los alimentos para aumentar la conservación.
Con un pH neutro la mayoría de bacterias crece muy bien. El artículo explica con detalle en qué consiste el pH y cómo afecta en la seguridad alimentaria.
La formación y crecimiento de patógenos en alimentos requiere nutrientes, agua,
temperatura adecuada y ciertos niveles de pH. Los valores de pH en los
alimentos van desde el 1 al 14, y se considera el 7 como valor neutro.
Si el nivel de pH en un alimento es superior a 7, se dice que este es
alcalino; en cambio, un valor inferior a 7 indica un alimento ácido. Se
considera que la mayoría de los microorganismos patógenos crecen a un pH más bien neutro, entre 5 y 8.
En alimentos ácidos y, por tanto, con un pH bajo como el limón y el
vinagre, la acción conservadora es mayor y, en consecuencia, disminuye
el riesgo de contaminación por bacterias patógenas. Aunque la mayoría de
bacterias proliferan en ambiente neutros, debe tenerse en cuenta que
algunos lo hacen en alimentos con pH ácidos y otras en productos con pH
alcalinos. El gusto humano distingue estos tipos de pH; un producto
ácido tiene un sabor agrio y un producto alcalino un sabor amargo, según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC).
Alimentos ácidos
El vinagre realiza una importante acción conservadora
gracias a su grado de acidez. Este aspecto frena el crecimiento de
microorganismos, aunque no los mata. Combinado con temperaturas de
refrigeración, este grado de acidez permite conservar el alimento en
buenas condiciones durante más tiempo. Cuando el pH es inferior a 4,5 se
inhibe la formación de la toxina Clostridium botullinum y se limita el crecimiento de E. coli y Salmonella.
Un valor de pH bajo ayuda en la conservación de los alimentos ya que se inhibe el crecimiento microbiano
Cítricos como la naranja, el limón o el pomelo y otros alimentos como
zumos y yogur también son ácidos. El zumo de naranja posee un pH ácido,
lo que actúa como protector. Levaduras y, de forma especial, los hongos,
pueden tener en este alimento un crecimiento lento. Frutas y hortalizas
también tienen un pH bajo, de ahí que su flora bacteriana sea, en la
mayoría de los casos, menos numerosa. Carne y verduras también tienen un
pH bajo. En todos estos alimentos, el valor bajo de pH ayuda en la
conservación inhibiendo el crecimiento microbiano.
En el caso de la carne, tras el sacrificio y durante el almacenamiento,
uno de los cambios más importantes que se produce es el aumento de ácido
láctico en el músculo, que se traduce en un descenso del pH. Una carne está en el punto más oportuno de consumo cuando tiene un pH que ronda 5,5
(se llega a él transcurridas unas 24 horas después del sacrificio). Una
carne fibrosa y pálida es el resultado de una mala aplicación de una
temperatura superior a la adecuada, lo que provoca un aumento del pH. En
el lado opuesto de los alimentos más ácidos, estarían los alimentos más
alcalinos (pH más alto, como la clara de huevo y el bicarbonato sódico.
Proceso de acidificación
La acidificación
de los alimentos es un proceso que consiste en reducir el pH del
alimento para impedir el desarrollo de los microorganismos patógenos.
Este método puede llevarse a cabo de manera natural o artificial. En
productos como el pescado se puede utilizar el ácido cítrico y láctico,
dos compuestos con propiedades antimicrobianas y antioxidantes capaces
de mejorar la conservación de alimentos perecederos. Entre los
principales correctores del pH destaca el carbonato de sodio, el potasio
y el magnesio. La acidificación constituye, pues, una manera de
conservación de los alimentos que controla la proliferación de bacterias y mantienen la calidad del alimento.
Algunos ejemplos de correctores de la acidez de los alimentos
permitidos en la Unión Europea son, según EUFIC, el ácido cítrico, el
acetato cálcico y el ácido fumárico.